viernes, 31 de diciembre de 2010

El Juli finaliza el año indultando un toro de César Rincón en Cali

La plaza de toros de Cali (Colombia) ha vivido su mejor festejo de cuanto lleva de feria al asistir al indulto de un toro de la ganadería de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad de César Rincón, a manos de Julián López ‘El Juli’.
por:Germán Jiménez
Cali - Colombia. 6ª de Feria. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Las Ventas del Espíritu Santo (propiedad de César Rincón), bien presentados y de juego desigual. Destacó el segundo, indultado. Pepe Manrique, silencio en ambos. El Juli, dos orejas simbólicas y silencio. El Cid, silencio y oreja.
Julián López "El Juli" ha indultado un toro de Las Ventas del Espíritu Santo, ante el que se había lucido en un quite por chicuelinas de inspirada ejecución comenzando su labor muleteril con una tanda de estatuarios de la que salió con un pase del desprecio y remató con el de pecho.
Ya en redondo, el madrileño toreó ligado, templado y arrastrando la tela por el ruedo de Cañaveralejo en las dos primeras tandas tandas. Siguió luego al natural sin que bajase un ápice la calidad de sus muletazos. Muy al contrario, y de nuevo sobre el pitón derecho, los muletazos fueron ganando en largura. La embestida noble e incansable del animal permitió al madrileño estar muy a gusto.
Tras otras dos insuperables series por el derecho, adornadas con faroles y desplantes, le enjaretó tres naturales a cámara lenta. Ya en esos instantes los tendidos eran un auténtico clamor pidiendo unánimemente el indulto de 'Balsero', herrado con el número 625.  El palco no lo dudó un instante y llegó la apoteosis a Cali.
El quinto fue complicado. El de Rincón se defendía y embistió al paso, buscando siempre  las zapatillas. El Juli basó la casi totalidad de su labor por el pitón izquierdo, pero el animal no se lo puso nunca fácil. Lo mató de un estoconazo.
Encabezaba la terna diestro bogotano Pepe Manrique, que saludó a la verónica al que abrió plaza. Después tuvo con la muleta una digna actuación ante este animal, que embestía humillado aunque rebañando por el pitón derecho. Tras una primera tanda de tanteo inició su toreo en redondo siendo prendido. La faena la basó a partir de entonces sobre el pitón izquierdo, el más potable de la res, a la que recetó una estocada entera sufriendo un fuerte golpe en el antebrazo en el momento del encuentro. El cuarto embistió muy tardo, quedándose siempre corto, y buscando al torero, que anduvo voluntarioso en un trasteo que no llegó a los tendidos. Fue certero con la espada.
A Manuel Jesús "El Cid" le correspondió un primer animal sin motor ni transmisión y no ausente de peligro, pues se quedaba debajo y se vencía. El hispalense trató de justificarse y el animal lejos de mejorar desarrolló sentido, por lo que se vio obligado a abreviar, enviándolo al desolladero de una estocada entera. Se peleó auténticamente El Cid con el sexto, un animal de embestida cortísima y probona. Todo lo hizo el diestro, que le recetó más de media en buen sitio. 

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