Si Hay Boletas, Si Hay Pablo, Si Hay Toros
por: Javier Baquero - Jaba - Astauros
Bogotá – Colombia. Pese a que algunos escépticos llegaron a “decir” o mejor a especular que el mejor rejoneador del mundo, Don Pablo Hermoso de Mendoza no le cumpliría a la afición bogotana, hoy tienen que guardar cobarde silencio, pues ya está en la capital con su cuadra titular.
Ayer la Corporación Taurina de Bogotá con el fin de poner en contacto al rejoneador Hermoso de Mendoza con la prensa nacional citó a una rueda de prensa, que se convirtió en un amigable y emotivo diálogo.
Asistieron a la cita periodistas especializados y algunos que pese a su ignorancia en el tema salieron prendados de los detalles contados por el maestro Hermoso.
En principio salto al ruedo con cuatro de sus mejores amigos, los caballos, montó, entrenó e ilusionó. Luego ya en la terraza, junto a un moderno display publicitario dialogó sin tapujos con todos los asistentes. Habló de la ilusión y la expectativa por actuar en la primera plaza de toros de Colombia. De sus inicios y sus ilusiones, hoy sus realidades. De Cagancho y su actual jubilación en casa.
Prometió, si no el triunfo, si la mayor entrega por parte suya. Argumentó en varias ocasiones como para que podamos ver un verdadero espectáculo de rejoneo en el ruedo debe haber una comunión entre el toro, el caballo y el rejoneador. Dijo que sus “caballos estrella” son aquellos que sin mayor esfuerzo saben lo que tiene que hacer con apenas un ligero apretón de piernas.
Confesó que su revolución empezó cuando en su cabeza entró la idea de que por caballos no tenían porque tenerle más miedo al caballista que al toro. Según sus propias palabras el caballo tiene que ir tranquilo y acompañado del rejoneador.
Contó la historia de Cagancho, y como paso de “taparo” a figura histórica. Manifestó que sus caballos, aquellos que lo han hecho sentir cosas importantes en el ruedo nunca se alejaran de él y como Cagancho, llegaran a su vejez en el campo, con tranquilidad y el amor de toda su familia “nunca venderé a los caballos que me han hecho triunfar.
Confesó que aunque el común de los aficionados convierten sus triunfos en simples y frías estadísticas, para él lo más importante no son las orejas, o las puertas grandes, lo verdaderamente importante y lo que lo llena es saber que por unos momentos los aficionados se alejan de su realidad habitual para extasiarse con una de sus actuaciones, que vivan con cada una de sus ejecutorias y que la emoción se generalice en los tendidos y suba como la espuma en una cerveza.
Fuera de micrófonos contó como algún hombre de dudosa reputación en nuestro país envió a un emisario a España para comprarle su caballo estrella a cualquier precio y al decir cualquier precio era la cifra que a Pablo se le hubiese ocurrido pero para él lo importante era su caballo y no accedió vender por lo que para salvar la reputación del emisario tuvo que acceder a gravar un video donde manifestaba que a ningún precio vendería.
En fin fueron tantas las palabras que pronuncio, con tanta familiaridad que se podría decir que el caballero se conoce en el andar, en el hablar y en el montar. Pablo es un señor y un maestro en toda la extensión de la palabra.
Todos los que quieran ver a Don Pablo Hermoso de Mendoza este domingo en la ciudad de Bogotá aun pueden acercarse a las taquillas del coso capitalino y adquirir sus localidades, porque aun hay en diversas ubicaciones.
Bogotá – Colombia. Pese a que algunos escépticos llegaron a “decir” o mejor a especular que el mejor rejoneador del mundo, Don Pablo Hermoso de Mendoza no le cumpliría a la afición bogotana, hoy tienen que guardar cobarde silencio, pues ya está en la capital con su cuadra titular.
Ayer la Corporación Taurina de Bogotá con el fin de poner en contacto al rejoneador Hermoso de Mendoza con la prensa nacional citó a una rueda de prensa, que se convirtió en un amigable y emotivo diálogo.
Asistieron a la cita periodistas especializados y algunos que pese a su ignorancia en el tema salieron prendados de los detalles contados por el maestro Hermoso.
En principio salto al ruedo con cuatro de sus mejores amigos, los caballos, montó, entrenó e ilusionó. Luego ya en la terraza, junto a un moderno display publicitario dialogó sin tapujos con todos los asistentes. Habló de la ilusión y la expectativa por actuar en la primera plaza de toros de Colombia. De sus inicios y sus ilusiones, hoy sus realidades. De Cagancho y su actual jubilación en casa.
Prometió, si no el triunfo, si la mayor entrega por parte suya. Argumentó en varias ocasiones como para que podamos ver un verdadero espectáculo de rejoneo en el ruedo debe haber una comunión entre el toro, el caballo y el rejoneador. Dijo que sus “caballos estrella” son aquellos que sin mayor esfuerzo saben lo que tiene que hacer con apenas un ligero apretón de piernas.
Confesó que su revolución empezó cuando en su cabeza entró la idea de que por caballos no tenían porque tenerle más miedo al caballista que al toro. Según sus propias palabras el caballo tiene que ir tranquilo y acompañado del rejoneador.
Contó la historia de Cagancho, y como paso de “taparo” a figura histórica. Manifestó que sus caballos, aquellos que lo han hecho sentir cosas importantes en el ruedo nunca se alejaran de él y como Cagancho, llegaran a su vejez en el campo, con tranquilidad y el amor de toda su familia “nunca venderé a los caballos que me han hecho triunfar.
Confesó que aunque el común de los aficionados convierten sus triunfos en simples y frías estadísticas, para él lo más importante no son las orejas, o las puertas grandes, lo verdaderamente importante y lo que lo llena es saber que por unos momentos los aficionados se alejan de su realidad habitual para extasiarse con una de sus actuaciones, que vivan con cada una de sus ejecutorias y que la emoción se generalice en los tendidos y suba como la espuma en una cerveza.
Fuera de micrófonos contó como algún hombre de dudosa reputación en nuestro país envió a un emisario a España para comprarle su caballo estrella a cualquier precio y al decir cualquier precio era la cifra que a Pablo se le hubiese ocurrido pero para él lo importante era su caballo y no accedió vender por lo que para salvar la reputación del emisario tuvo que acceder a gravar un video donde manifestaba que a ningún precio vendería.
En fin fueron tantas las palabras que pronuncio, con tanta familiaridad que se podría decir que el caballero se conoce en el andar, en el hablar y en el montar. Pablo es un señor y un maestro en toda la extensión de la palabra.
Todos los que quieran ver a Don Pablo Hermoso de Mendoza este domingo en la ciudad de Bogotá aun pueden acercarse a las taquillas del coso capitalino y adquirir sus localidades, porque aun hay en diversas ubicaciones.