Por: Jorge Arturo Díaz Reyes
Manizales - Colombia. Los condesos de Achury Viejo saltaron derrochando trapío y cuajo. Serios, musculosos, hondos, con leña. Todo un banquete para los ojos de los aficionados toristas que en Colombia viven ayunos de toro-toro. Cuando apareció el tercero, astifino y veleto, arrancó exclamaciones de los tendidos. Quizás todos merecieron ser aplaudidos de salida, sin embargo todos fueron pitados en el arrastre.
Se prodigaron los Rocha en los dos tercios iniciales pero en el último vinieron a menos, tardearon y sacaron genio bronco. Toros para los tiempos prebelmontinos, cuando la muleta solo servía para preparar la suerte suprema, que por aquel tiempo sí lo era. Toros anacrónicos, más aptos para lidias dominadoras y épicas, que para las pintureras coreografías que desconchinflan a los públicos de hoy en día.
“Me tocó hacer dos faenas sobre las piernas” dijo Matías Tejela, en el micrófono de César Rincón, como disculpándose luego de recibir la oreja del cuarto. Y es que fue así para todos; o te quitas tú o te quita el toro. La corrida nos remontó a las épocas clásicas, al toreo romántico del siglo XIX, tiempos de “Cúchares”, “El Chiclanero”, “Desperdicios”… que daban el espectáculo en los dos primeros tercios porque el último se llamaba “tercio de muerte” y lo era de verdad.
Bueno, pero la gente hoy no paga la cara boleta para recibir clases de historia sagrada, ni para comulgar con el rito milenario, paga para ver lo que le gusta; tandas de siete, humilladas, lentas, largas, lánguidas, obedecidas con sumisión boyante. Por eso los dignos Achury, los bellos Achury, los no serviles Achury fueron pitados esta tarde. Porque no se dejaron, porque no quisieron ser cómplices de su propia humillación. ¡Qué pena! ¿No?
La terna, con pareja honradez y coraje lo intentó, el toreo de ahora, el que paga la gente, lo intentó cada uno a su manera, y a su turno, con igual trabajoso resultado, y con igual respaldo popular del público que como premio al esfuerzo pidió la oreja de los últimos tres de la tarde. Más los aplicados toreros no fueron medidos con la misma vara por la veleidosa presidencia que otorgó pronto la oreja de Tejela tras estocada desprendida, tarde tras una espada idem, precedida de pinchazo, para José Arcila cuando su toro ya iba arrastrado, y nunca, pese al plebiscito clamoroso, para Andrés de los Ríos que mató de una al quinto luego de una pelea que no desmereció nada de las otras.
Bueno. Desglosar lidia por lidia sería un ejercicio necio. La porfía, la enmienda, el enganche, la falta de ligazón y las ganas fueron comunes a todas. No se mató muy bien además, incluso Arcila oyó dos avisos en el tercero, en el armadísimo tercero, por metisaca, pinchazo, espadazo delantero ido y siete descabellos. No se mató muy virtuosamente, cierto, pero se mató y con celeridad en la mayoría de los casos.
Por su lado el rejoneador Andy Cartagena dejó con los crespos hechos por dos días consecutivos a quienes habían comprado entradas para verlo, ayer y hoy llegó muy majo, de corto, analizó el ruedo doctamente, y a última hora dijo que no y se fue como había llegado. No llovía, el ruedo estuvo protegido con carpa plástica, en fin, sus razones tendría él, pero y las razones del respetable, del que sostiene viva la Fiesta ¿Quién las considera? ¿Quién las defiende? ¿A quién le duelen?
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Monumental. 3ª de feria. Lluvia previa, frío 13ºC. Media entrada. Seis toros de Achury Viejo Bien presentados, bien armados, 522 kilos promedio, pero broncos y a menos. Todos pitados en el arrastre.
Matías tejela, saludo y oreja.
Andrés de los Ríos , silencio y saludo tras fuerte petición de oreja.
José Arcila silencio tras dos avisos y oreja.
Incidencias:. Saludaron: Emerson Pineda tras parear al 5º y Alex Benavidez tras parear al 6º. El rejoneador Andy Cartagena renunció a torear por segunda vez consecutiva, aduciendo humedad del ruedo, pese a que no llovía a la hora del paseíllo.
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