El Pana ha hecho acto de presencia en La Monumental plaza de toros de México con un show inigualable: montado en limusina y aclamado entre multitudes.
Que Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’ regresara a La México ya era una noticia, pero pocos podían imaginar que lo hiciera subido en una limusina, asomándose por el techo y saludando a una multitud enloquecida con el torero. No ha parado de saludar y de firmar autógrafos antes de entrar a la capilla.
Y después, el paseíllo. Con su ya ‘tradicional’ puro y ataviado con un sarepa de Saltillo y un corbatín y fajín con los colores de la bandera mexicana ha atravesado la plaza entre vítores y confetis. Antes de comenzar su faena ha salido a los medios a saludar, recibiendo una gran ovación. Tras la faena continuó con su espectáculo ante la mirada atónita de sus compañeros, especialmente de Alejandro Talavante que no entendía nada de lo que estaba presenciando. El Pana, oreja en mano, dio dos vueltas al ruedo, atreviéndose incluso a comerse un bocadillo que le lanzaron desde el tendido y llegando hasta el centro del ruedo para, rodilla en tierra, besar el albero de Insurgentes.
Y después, el paseíllo. Con su ya ‘tradicional’ puro y ataviado con un sarepa de Saltillo y un corbatín y fajín con los colores de la bandera mexicana ha atravesado la plaza entre vítores y confetis. Antes de comenzar su faena ha salido a los medios a saludar, recibiendo una gran ovación. Tras la faena continuó con su espectáculo ante la mirada atónita de sus compañeros, especialmente de Alejandro Talavante que no entendía nada de lo que estaba presenciando. El Pana, oreja en mano, dio dos vueltas al ruedo, atreviéndose incluso a comerse un bocadillo que le lanzaron desde el tendido y llegando hasta el centro del ruedo para, rodilla en tierra, besar el albero de Insurgentes.
cortesia Aplausos
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