domingo, 16 de enero de 2011

Con Una Oreja se Abren Los 80 Años de la Santamaria


por: Javier Baquero - Jaba - Astauros
Bogotá – Colombia. Se dio hoy inicio a la temporada taurina número 80 de la primera plaza de toros de Colombia, La Santamaría de Bogotá. Con una novillada de la ganadería de San Martín hicieron el paseíllo dos novilleros colombianos y un debutante con caballos por parte de la península ibérica. Una sola oreja, una leandro_de_andaluciacornada y una tarde primaveral hacen parte del balance inicial.
Se corrieron seis astados cárdenos, desiguales de presentación y de comportamiento destacándose los lidiados en 3, 4 y 5 lugar.
El cartel lo conformaron los colombianos Leandro de Andalucía, Sergio Blanco y el español Luis Gerpe, quien debutaba con caballos.
El encargado de abrir la temporada fue el cuajado Leandro de Andalucía, que lucio un terno grana y oro con cabos blancos. Este joven novillero dio a conocer al público capitalino el buen momento por el que atraviesa tanto con el capote como con la muleta. Con su primero un novillo tardo y falto de codicia supo ejecutar una faena en la que le robó muletazos de uno en uno, pese a lo distraído, sin chispa y poca humillación que tenía su burel. Con la pañosa tomó un fuerte revolcón en el que recibió una cornada en el escroto, la que lo hizo pasar una vez finalizada su faena a la enfermería para ser suturado. Mató de estocada y descabello mientras que escuchó un aviso. El novillo fue pitado en el arrastre y Leandro recogió cálidas palmas.
Con el cuarto de la tarde hubo variedad, cuatro verónicas, una media y revolera ganándole terrenos al novillo hacia el centro del ruedo agradaron a la parroquia. Con la muleta tubo voluntad enmarcada en buenas maneras plasmadas tanto con la mano derecha como con la izquierda donde los naturales tuvieron mucha verdad, la verdad ligó y se embraguetó con su oponente, un novillo que no humillaba, sin fuerza y con muy poca clase. Mató de media y estocada y cortó la única oreja del festejo. Su novillo fue aplaudido en el arrastre.
Sergio Blanco, novillero cucuteño que adelanta campaña en España, hizo segundo turno en antigüedad en el festejo de hoy. De celeste, oro y cabos blancos regresó a la capital colombiana para mostrar sus adelantos en el arte de los toros. El capote por verónicas y dos medias en el centro del ruedo nos dejaron ilusionarnos con el triunfo en el segundo de la tarde, sin embargo su novillo que tenía poca fuerza y si mucha distracción hacia el callejón no era prenda de garantía. Blanco ejecutó una faena de unipases los cuales se generaron más por la inteligencia del torero que por los planteamientos del burel. El pitón izquierdo fue imposible al momento de probar. Con los aceros la labor se hizo larga y tediosa mientras que el palco hizo sonar un aviso.
Con el quinto de la tarde la labor con el capote fue simplemente de trámite al tratar de dibujar algunas verónicas. Su novillo falto de casta, recorrido y alegría, fue determinante para no tener materia prima suficiente para el triunfo. El lote de Blanco sin lugar a dudas fue el peor y sus fallos con la tizona y el verduguillo no dejaron alcanzar ni un trofeo. Nuevamente escuchó los recados del palco presidencial y esta vez por partida doble. El novillo fue aplaudido en el arrastre, creo que por error.
La terna la completo el novillero Luis Garpe, un incipiente torero que ha alcanzado algunos despuntes en España y que vino a debutar con caballos aun compromiso que le quedó grande. Y no es que el muchacho no tenga buenas maneras, por que las tiene, pero a mí me gusta el churrasco bien asado y no acabado de poner al fuego y algo así es lo que sucede con Garpe, puede tener futuro pero hoy apenas si estaba puesto en el asador demostrando que está muy crudo. Mi consideración se hizo más evidente con el tercero de la tarde, el mejor ejemplar de la novillada, al que desaprovecho ejecutándole tandas de escasos tres muletazos, desplazando mucho a su oponente, aliviándose a más no poder y perdiendo por momentos el respeto a un Santacoloma que requiere conocimiento, oficio y ni un mínimo descuido.
Con el que cerró el festejo, que la verdad sea dicha tampoco fue materia para lucirse se vio nuevamente con un toreo muy aliviado y facilista, mientras que los aceros en sus dos astados quedaron también como materia en rojo, pues aparte de los fallos atravesó a los dos novillos al tratar de salirse de la suerte.

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