Lo Que No se Vio en la Primera de Abono en Manizales
por: Javier Baquero – Jaba - Astauros
Manizales – Colombia. Los aspectos que no ven a flor de piel están en nuestro portal:
La corrida inició con casi una hora de retrasó por culpa de la lluvia previa al festejo.
El análisis del estado del ruedo estuvo en un conclave entre Andy Cartagena, César Rincón y Manolo Moles, y los demás actuantes porque no serían llamados al ruedo.
Los matadores Juan Solanilla y Manuel Libardo lucieron ternos iguales, caña - oro y cabos blancos.
Los subalternos de Juan solanilla, no tienen explicación, si se visten en el mismo hotel como es que lucen un traje primera comunión y azabache los dos.
Dos matadores al brindar arrojaron sus monteras callendo boca arriba y con sus espadas simuladas las voltearon llamando la “suerte”. Vargas en su primero y Solanilla, también en su primero.
Tres trincheras en medio de la faena del primero por parte de Sebastián Vargas.
El Piña aguanto la embestida para colocar un par de las tablas al centro del ruedo en el segundo de la tarde.
Al matador de Ubaté en su primero le falto poner la emoción que no tenía su oponente.
Dos avisos se escucharon en el festejo. Los dos para Manuel Libardo uno en cada uno de sus toros.
El único toro que podríamos decir fue descastado fue el lidiado por Manuel Libardo en segundo lugar.
En banderillero Herrara de la cuadrilla de Juan Solanilla anda por muy buen momento en todos los aspectos de su labor como peón de confianza.
En la capital caldense es tradición hacer sonar el pasodoble feria de Manizales como primer gran trofeo a un torero, pero la verdad en el caso de Solanilla, que estuvo mal, el pasodoble fue como largo, al punto que en ese momento el mismo torero estaba re en camino a recoger la espada de verdad.
La vuelta al ruedo del tercer toro puede tener reparo por cuanto el toro nunca humillo, pero lo que no tiene reproche es que los monosabios respetan incluso a los toros al momento de dar la vuelta al ruedo, ni uno solo de ellos estaba en la arena, que bonito e imitable detalle taurino.
El banderillero Jaime Devia, sabe muy bien su trabajo, digo el de actor, salió hasta la mitad del ruedo con los palos en el segundo toro de Sebastián, mientras tomaba su tradicional sorbito de agua y se hizo el sordo cuando su matador lo llamaba para decirle que él colocaría las banderillas, en ese momento el público tragó y se emocionó aun más. Eso también hace parte de nuestra fiesta.
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