"El Fandi" cuajó una sensacional faena al astado de cuatrocientos treinta y seis kilos perteneciente a la ganadería debutante La Consolación, propiedad del novillero Ugo José Molina, para convertirse en triunfador.
El hispano Antonio Barreras y el venezolano Antonio Benitez, cortaron una oreja por coleta y el rejoneador nacional Rafael Rodríguez fue ovacionado en su valiente actuación.Se lidiaron siete toros venezolanos, uno de Campo Pequeño para rejones, el primero de lidia ordinaria de El Prado y los restantes de la Consolación, que dieron buen juego en general y permitieron el lucimiento de la terna.
La plaza registró un lleno hasta la bandera, unos 15.000 espectadores.
Rodríguez, ovación.
Benítez, oreja y palmas.
Barrera, oreja y ovación.
"El Fandi", dos orejas del indultado y una en su segundo.
El joven rejoneador merideño se la jugó clavando rejoncillos y farpas siendo cogido contra las tablas de la barrera y salieron conmocionados de la suerte caballo y caballero.
Colocó arriba seis farpas antes de clavar dos rejones de muerte desde la silla. El toro no dobló y el sobresaliente falló con la espada y sonaron dos avisos.
Benítez salió a revienta calderas con un toro jabonero al que lanceó valiente con la capa, clavó tres pares de banderilla en todo lo alto. Bullidora faena con pases de méritos al compás del pasodoble, rematada con oreja.
Al cuarto lo toreó por verónicas intercaladas con chicuelinas que fueron aplaudidas. Derribó en varas y al quitarlo del caballo lució en quite por saltilleras. Dejó dos pares arriba, se lo brindó al periodista español Javier Hurtado. Trasteó con ganas por ambos pitones antes de que se apagara.
Barrera recibió de rodillas al toro de su debut en esta plaza, valiente faena con pases de todas las marcas, mató de certera estocada y paseó una oreja.
Llegó aplomado al último tercio, el torero porfió para sacarle muletazos de mérito antes de finiquitarlo de estocada. "El Fandi" toreó valiente a la verónica, clavó tres pares de banderilla, dos de poder a poder y el del violín.
Realizó larga y asentada faena con toda la plaza entregada, cuajó importantes series de naturales derechazos y redondos. El público pidió con insistencia que le perdonaran la vida al toro, lo que concedió el palco otorgándole dos trofeos simbólicos.
Con un farol de rodillas en tabla recibió al último de la tarde lidiado con luz artificial, el astado embistió largo a la muleta lo que aprovechó el de Granada para ligar largas con la diestra y matarlo de pinchazo hondo.
El coleta fue sacado a hombros al terminar la corrida.