Por: Ramón Espejo.
Un aficionado entre el público comentó: “Ese Cubas solo necesita un toro para arreglarlo”, tal vez porque la temporada ha sido marcada por esa característica, o por esa confianza transmite nuestra primera figura nacional, por esa serenidad que ilusiona cuando las cosas no le son favorables y que termina convirtiendo todo lo malo en bueno, los bostezos en oles y los aletargados silencios en un interminable ¡Perú! ¡Perú! ¡Perú!.
Y afortunadamente se equivocó este aficionado, pues no le embistió uno sino fueron dos toros que se movieron sin ser de condiciones extraordinarias, pero embistieron al huancaíno y el resultado no podía ser otro: Cuatro orejas, escapulario y un nuevo triunfo del que fue testigo la hermosa Tacabamba, sucursal del cielo y que con el arte desplegado, pareció acercarnos a él.
Las ganaderías para esta última fueron las mismas de toda la feria, la colombiana El Paraíso y la nacional San Simón y bajo la misma modalidad, un ejemplar para cada torero que en esta oportunidad eligieron de manera diversa el orden de sus contendientes. Cabe señalar que se lidiaron 7 astados en total pues a pedido del ganadero se lidió al sobrero de San Simón a manos de Juan Carlos Cubas.
Abre plaza Octavio Chacón y no tuvo mayores oportunidades pues se encontró con el peor lote de la tarde. Su primero, un colorado bragado N° 70 de San Simón, manso, tardo, y con el que no tiene mayores oportunidades el entusiasta torero. Pincha 3 veces, media estocada y descabella. Su segundo de El Paraíso un toro negro de número 600, el torero quiere pero no puede, es que cuando no hay no hay y nuevamente el torero intenta con poca suerte arrebatarle algunos muletazos a este ejemplar colombiano. Pincha nuevamente y nuevamente descabello. No hay forma, una lástima por él pues predisposición no le faltó.
Moreno Muñoz fue sorpresivamente incluido en el cartel pues se había anunciado el español Marco Antonio Gómez, pero los asesores y organizadores decidieron el cambio cuando ya se sorteaban los lotes en presencia de los matadores españoles. Tres tardes estuvo el colombiano y mató 7 toros, cortando una sola oreja. En esta tercera incluso tuvo en suerte el mejor lote de toda la feria. El primero un toro negro de la también colombiana El Paraíso de muy buenas condiciones y bravura. Brinda al compañero postergado inexplicablemente y espera de rodillas al astado que acude con nobleza. Derechazos ligados pero con poco temple, el toro acude con mucha raza, humillado y sin perder la fijeza en el trapo. EL ganadero pide indulto para su ejemplar pero el juez lo niega acertadamente, se echa a matar y pincha 3 veces y otras 5 en el descabello. Su segundo fue uno de San Simón, negro de N° 62 y que termina siendo el mejor de la feria y por la que dicha ganadería fue premiada con el escapulario. Derechazos y manoletinas fue lo mejor de su repertorio, el toro noble nos sorprende por su nobleza, fijeza y transmisión. Pincha y mata de media estocada y le otorgan la oreja que pasea de brazo del alcalde de la ciudad.
Juan Carlos Cubas no solo es la primera figura nacional, sino que no termina de sorprendernos en cada plaza. De su primer toro ni comentar, un jabonero N° 62 de El Paraíso que nunca estuvo con el engaño y siempre buscando el cuerpo del torero, una característica frecuente que notamos en esta ganadería. Abrevia el peruano y a otra cosa. Cuando la tarde transcurría en lo intrascendente, se molesta el cielo y hace sentir sus truenos, comienza la lluvia y cambia la historia. Aparece el N° 55 de San Simón, un toro negro bragado que dio señales de bravura y que corrigió algunos defectos en el caballo. Para la muleta ya tenía mejor predisposición y fijeza y el peruano no podía desaprovechar esas cualidades. Le peleó en su terreno, no era un toro fácil ojo, había que estar muy firme con él y ponerle el trapo en la cara. Cubas lo entendió a la perfección y lo hizo todo bien, ya no había banda por la lluvia pero había público y habían oles. Se arrima valientemente el peruano que no se amilana con nada y lo busca allá donde el toro se aquerencia. Lo fulmina de una estocada perfecta y aparecen los primeros pañuelos blancos de la feria para desorejar al valeroso ejemplar. Pero ahí no queda todo pues cuando la tarde ya parecía extinguirse en lluvia torrencial y habiéndose lidiado los 6 toros anunciados, se le pide al peruano que lidie al sobrero también de San Simón. Tal es la raza del huancaíno que no le rehúye a nada y aunque las condiciones no eran de las mejores pues el albero era un lodazal con charcos en muchas partes, la iluminación escaseaba y la lluvia se intensificaba, simplemente asume el reto y se echa al séptimo. Es así como se da la magia, la apoteosis, el encanto. Ya no había banda, es cierto, pero había gargantas escondidas en los plásticos azules de un público ya entregado con su torero. El peruano se agiganta en el ruedo y aparece en toda la extensión de su casta. El burel parecía también encantado con lo que sucedía y embiste humillado, con bravura y transmisión a la templada muleta de un aleonado Cubas, que no deja que nadie se vaya de la plaza, que nos mostraba con su expresión que había toro y había torero por encima de todo. A la lluvia le responde con un aluvión de naturales, redondos, revoledas y ya no recuerdo que más, solo recuerdo que en ese momento al escuchar ¡Perú! ¡Perú! ¡Perú! se me vino a la cabeza lo que dijo aquel aficionado del tendido, “este cubas lo arregla todo”, y me sentí agradecido.
Resumen de la corrida
OCTAVIO CHACON (España) Grana y oro. Silencio y silencio.
JUAN CARLOS CUBAS (Perú) verde lima y oro. Silencio, dos orejas y dos orejas.
MORENO MUÑOZ (Colombia).Turquesa y Oro. Silencio y oreja.
El ganado
Tres toros de El Paraíso (Colombia) diversos de presentación, uno bueno y dos muy peligrosos, hasta con signos de toreados. Cuatro toros de San Simon (Perú) bien presentados, uno sobresaliente y dos buenos. Cabe señalar que el premio se lo llevó la de San Simón, ahora que existe la fiebre de ganado colombiano en plazas importantes de nuestro país tal vez sería momento de volver la mirada a ganaderías peruanas que andan haciendo bien las cosas.
Los premios
Escapulario de oro al mejor matador: JUAN CARLOS CUBAS
Escapulario al mejor picador: SANTIAGO REYES
Escapulario al mejor banderillero: EL SANTI
Mejor faena: MORENO MUÑOZ
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