miércoles, 10 de octubre de 2012

Lo que la espada se llevó.

Triunfo de Emilio Laserna y gran actuación de Juan Carlos Cubas en Pachacamac.
 
Lima es solo un mínimo porcentaje del total de corridas de toros formales y serios que se dan a nivel nacional. En ese mínimo porcentaje, Pachacamac es tal vez el distrito que emerge en cuanto a calidad de festejos taurinos, separando Acho. Los aficionados limeños pueden encontrar en este distrito al sur de lima una buena opción para pasar el día en familia, con buen clima, restaurantes campestres y las celebraciones en honor a la Virgen Maria del Rosario que reunió ayer a una diversidad de artistas.
En ese contexto la corrida de toros va tomando la importancia que le corresponde dentro de estas celebraciones, y para ello el joven empresario sr Alfredo Prado reseñó toros serios de la ganadería Villagraciela para un cartel atractivo, un mano a mano, un duelo en donde el triunfador será siempre el aficionado taurino. Emilio Laserna de España y el peruano Juan Carlos Cubas hacen el paseíllo en la plaza acondicionada dentro en el estadio municipal, con un marco previo de marinera, caballos de paso y público entusiasta.
Abre plaza Laserna de verde botella y azabache, haciendo gala de su oficio con el percal recibe a su primer enemigo por verónicas que de inmediato encienden al respetable. Suelto y lerdo sale el primero de la tarde pero todo cambia en el caballo de Yaco II. Ya parece otro toro producto de la efectividad de la suerte. El español brinda su muerte a su apoderado Dennis Castillo y esposa, e inicia por doblones. Torea bien el español, con mando y bajando la muleta por derecha, sabe llegar al público. Va por la espada y pincha el primer intento, pero efectiviza el segundo aunque el burel demora en doblar. Cae la primera oreja de la tarde que el público ovaciona, buen ambiente en la plaza. El segundo de su lote fue tal vez el de mejores condiciones de la tarde. Destaca con los palos Dennis Castillo que desmontera por su labor. Muleta en mano, Laserna inicia su función con una serie de cambiados por la espalda a la que el noble toro acude y repite. Por izquierda no parece tener las mismas condiciones el burel, y de insistirle recibe un volteretazo el diestro que de milagro no tuvo mayores consecuencias. Aquí aparece entonces la cuota de emoción que tal vez le hacía falta y así lo entiende el español quien se enraza y termina su faena valiente, rodilla en tierra. Pincha y media estocada que es suficiente para que doble el noble ejemplar. Segunda oreja merecida y puerta grande.
Juan Carlos Cubas, el diestro nacional que viene cumpliendo una importante temporada en el interior del país, hacía su presentación en Lima. Había que ver al peruano, la expectativa estaba garantizada y no defraudó. Cubas hizo gala de su mejor toreo, con parsimonia, con  despaciosidad y mucho entendimiento de las condiciones del animal para aprovecharle al máximo esas condiciones y poderle, sobre todo eso, poderle bien. Su primero sale suelto y dio algunas señales de manso, a lo que recibe la vara de David de la Barra para empezar una faena de muletas de aquellas que ya nos tiene acostumbrado el huancaíno, pero que no deja de sorprender y gustar. Series pausadas, profundas, siempre en el sitio, muy en la distancia del toro que aunque lleva nobleza, no muestra mucha clase. El huancaíno lo somete con poderío y el público disfruta del espectáculo, la calidad queda de manifiesto en cada derechazo y esos naturales profundos tan de él. Se echa a matar y una estocada hasta la bola lo hace doblar. Las orejas eran inminentes, lástima por el puntillero que falla y el noble toro, aunque ya herido de muerte, se vuelve a parar y se recuesta en tablas. Una oreja para el peruano que la pasea ante la algarabía del público. Cuando salió el cuarto y último de la tarde, la luz ya se volvía tenue, la oscuridad de la noche caía con violencia. Juan Carlos Cubas cita de frente a su enemigo y con el aplomo de siempre le saca muletazos de buena factura por ambos lados. Es que está en torero el peruano, muy acoplado y mostrando seguridad en cada movimiento. Contagia y da mucho gusto verlo en ese nivel, mandando con la izquierda, mostrando el pecho antes de soltar el trapo, citando con verdad, rematando con pulcritud. Esta vez no pudo rubricar con la espada su extraordinaria labor, tal vez debido a la escasa luz a esa hora de la noche. Pincha repetidamente una faena que seguro era de dos orejas, cuando  al grito de ¡Perú! ¡Perú!, cae el animal y se escucha una fuerte ovación para el peruano. Es que la espada se puede llevar los trofeos pero no el contenido, la esencia se la lleva el público, el sabor de una entretenida tarde de toros. Todo ello no se lleva el acero, se queda en la retina, en el corazón y en el recuerdo.
Ficha Técnica
4 toros 4 de Villagraciela bonitos de presentación, con nobleza y que en general tuvieron lidia 
 
Emilio Laserna (España) Verde botella y azabache. Oreja y oreja
Juan Carlos Cubas (Peru) Rojo sangre y oro. Oreja y fuerte ovación
Destacaron con los palos Dony Camargo y Dennis Castillo. Con la vara Yaco II y David de la Barra.
Foto: Emilio Laserna.

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